Rui diaz el leones

Cuando se deja crecer el pelo lo tiene moreno, de joven lo llevaba muchas veces afeitado, pero últimamente se lo deja cercer un poco más. Suele dejarse intermitentemente la barba. Tiene los ojos claros, sin duda rastro de sus orígenes godos. Es bastante alto alcanzando el metro ochenta y presenta varias cicatrices en el pecho y en la espalda fruto de años de combate. Tiene la nariz ligeramente torcida fruto de una pedrada sarracena. Luce una piel bronceada

Segundo hijo de los señores de Sahagún, desde el inicio le enseñaron a pelear, ya que su única herencia sería una espada y un caballo, en este punto su hermano se había mostrado generoso. A los dieciséis años se prometió con la tercera hija de un noble de una localidad cercana, casándose a los dieciocho cuando ella tenía quince. Fueron muy felñices, sólo la abandonaba para comandar las incursiones bajo el pabellón de su padre o de su hermano. Puede que esa fuera la razón por la que no tenía descendencia, pero finalmente su mujer quedó encinta cuando él tenía veinticinco años y a los meses nació la ilusión de su vida, Lucía Esperanza. Una preciosa niña que había heredado el cabello rubio y la tez blanca de su madre y sus ojos claros. Cuando tenía siete meses de vida partió a una misión y al volver se encontró la desolación. Una Razzia musulmana había atacado su casa saqueándolo y quemándolo todo, encontró los cadáveres de su mujer y de su hija. El mundo se le cayó a los pies, al cabo de un par de meses salió de su ensimismamiento. Hizo un juramento, luchar en Tierra Santa por el alma de su hija de y de su mujer disfrute en el paraíso.